Presentación Pepa Pino Ramos en la Oración ante la Virgen Inmaculada
06 de diciembre de 2022
Bienvenidos y bien hallados somos todos en estos días de ambiente festivo, cultural y espiritual. Es tiempo de encuentros en un escenario que nos acompaña desde pequeños; encuentro con amigos, con los religiosos de los SSCC, de padres con sus hijos, de familias con otras familias, de antiguos alumnos, y en el corazón, encuentro con la Virgen y Jesús que es de lo que se trata en Adviento.
Inevitable para mí sentir ilusión, emoción y alegría al llegar estas fechas de disfrute de tanto y de tantos, niños y mayores en la misma onda. Me encanta ver cómo se prolonga en el tiempo las ganas de vivir en el colegio y en la parroquia de otra forma a la habitual, competiciones deportivas llenándose las calles de niños y jóvenes con las equipaciones de Sagrados Corazones al terminar los partidos, mercadillos de los pequeños, los ensayos de actuaciones para el festival en el teatro, concursos culturales, charlas y risas en el bar del patio, flores a la Virgen, vigila con rosario por sevillanas y preciosa eucaristía y procesión de nuestra Madre Inmaculada guiada, llevada y acompañada por sus niños del cole, sus antiguos niños del cole, sus religiosos, su personal docente y trabajadores del cole, por los vecinos de su barrio, todos con la mirada y el corazón en Ella, haciéndola partícipe de nuestras plegarias y agradecimientos, sintiéndola la Reina de nuestra alma que espera confiada al Amor que llega. Verdaderamente un regalo.
Este momento de oración hoy ante María Inmaculada, la Virgen de nuestro colegio, lo vamos a disfrutar de la mano de Beatriz, antigua alumna de la promoción del 68.
Federico se pone en contacto conmigo y me pregunta: “Pepa, tú conoces bien a Beatriz Palomo?”, me entró la risa porque parecía evidente…claro!, la conozco bien, sí, amigas de muchos años, compañeras de camino de vida y de fe. Gracias por el ofrecimiento.
Nos conocimos en el colegio, aunque ella es de una promoción anterior a la mía y una vez fuera de él, unidos a amigos comunes hemos compartido los momentos importantes en nuestras vidas: bodas, embarazos, bautizos, cumpleaños familiares, las diferentes etapas de nuestros hijos (también de los Sagrados Corazones), alegrías muchas, aunque también tristezas y momentos dolorosos, impensables en un principio. Para eso estamos, por supuesto. La vida también da golpes duros y el Señor, por medio de la oración, nos da fortaleza para superarlos. A Beatriz, la Virgen le ha ayudado a sostenerse en ese tiempo y a aceptar las circunstancias.
Comenzamos a dar catequesis juntas de preparación a la Primera Comunión de grupos de niños del colegio y seguimos muchos años, pues tenemos tres hijos cada una a los que queríamos guiar junto a sus compañeros a conocer, sentir y amar a Jesús.
Hemos sido miembros activos en el colegio tanto como alumnas como por el rol de madres, colaborando siempre en Inmaculada, San José, Cruz de Mayo, Belén viviente, lo que fuera…Esa puerta negra y la de esta parroquia las hemos cruzado tantas veces…y las que quedan…
Ella nace en Sevilla en el barrio de Triana y comienza a formarse en el colegio Cristo Rey. Vive la espiritualidad y carisma del Padre José Gras, fundador de la congregación de las Hijas de Cristo Rey, sacerdote mariano que le graba en su vivir que la Inmaculada es la primera proclamadora del Reino. También desde pequeña siente admiración por María Auxiliadora ya que desde la juventud de su madre con Salesianos, queda unida a Ella. Allí, delante de María Auxiliadora, encomendada desde siempre por su abuela y su madre, se casa con nuestro amigo Juan Elías que desde el cielo estará disfrutando hoy unido a todos por su oración.
Siempre vinculada a la Virgen, ha sido montañera de Santa María hasta los 25 años.
Cuando entra en el colegio de los Padres Blancos para seguir estudiando BUP y COU se pone en manos de la Inmaculada y crece su amor por Ella. Aquí conoce al amor de su vida con el que posteriormente formará su familia. Ellos transmiten a sus hijos y nieto, desde sus corazones de padres y abuelos el amor a la Virgen, para que la tengan por bandera queriendo continuar la fidelidad heredada, la Virgen como vehículo y mano.
Beatriz vive su fe en comunidad en el movimiento MAR, movimiento apostólico de Cristo Rey y es acompañante de grupos juveniles. Es de perfil muy humano y solidario, siempre al servicio de los demás, sensible a las necesidades de su alrededor y de la “Casa común”. Incansable en el cuidado de su tía, su marido, su madre, sus hijos, su nieto, sus jóvenes,…, está para todos y para todo. Tiene mucho que ofrecer y que dar. Hoy, la arropamos con nuestro cariño.
Gracias Bea, por invitarnos a rezar ante María Inmaculada en este tiempo de esperanza, adelante!