Sr. Párroco,
Sr. Director del Colegio,
Sr. Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos
Sr. Presidente de la Asociación Católica de Padres de
Alumnos del Colegio San José,
Miembros de la Comunidad Educativa del Colegio San José,
Alumnos y antiguos alumnos
Amigos todos
Otro año más venimos a postrarnos a tus plantas, Virgen de la Inmaculada. Otro año más, pero no es un año más. Todo ha cambiado. Nuestra forma de ver la vida, nuestra manera de afrontar el día a día, todo ha dado un vuelco. ¡Quien nos lo iba a decir! Este año 2020 quedará para siempre marcado en nuestras vidas como el año de la pandemia, el año que nos dimos cuenta de los vulnerables que somos. Ha sido, está siendo, un año muy duro. El golpe ha sido muy fuerte y todos tenemos alguna herida que nos ha dejado esta terrible enfermedad. Pero también es el año en el tuvimos que pararnos y mirar lo que teníamos más cerca. El año que nos quitaron lo más cotidiano y normal de nuestras vidas, el año que nos quitaron los besos y los abrazos. Por eso, es también el año que aprendimos lo importante que son las pequeñas cosas de cada día a la que antes ni siquiera le prestábamos la mayor atención.
Es cierto que esta pandemia nos ha obligado a variar muchas de nuestras costumbres, pero hay algo que permanece y permanecerá inmutable, pues es mayor que cualquier pandemia por muy dura que ésta sea, y es la devoción de los tuyos, de los niños y jóvenes alumnos del Colegio, de profesores y miembros de administración, de los padres y madres, y de los que un día pasamos por esta casa, rezamos en esta iglesia, nos formamos en estas aulas: tus antiguos alumnos. Es la devoción por la Virgen de la Inmaculada.
Este debería ser el acto con el que dieran comienzo las tradicionales fiestas de la patrona del Colegio, esos días de máxima intensidad, de campeonatos deportivos, concursos, de la vigilia y la procesión y sobre todo de convivencia, mucha convivencia.
Este año la cita, como digo, será obligadamente distinta. Si tenemos que renunciar a muchos de los actos que eran habituales, no vamos a renunciar a lo más importante: A demostrar, a enseñar y a manifestar la devoción y el amor por la Virgen del Colegio.
Por ello, hoy los antiguos alumnos venimos a esta cita inaplazable, a esta cita irrenunciable, que mas allá de las dificultades y de las circunstancias, nos vuelve a congregar ante la Virgen del Colegio, de nuestro colegio, ante la Virgen de la Inmaculada, esa que:
De su mano nos lleva,
Su luz nos guía,
Y su corazón nos sostiene.
Tengo el inmenso honor de presentar a la persona que este año elevará la Oración a la Virgen. No. No voy a ser objetivo, ni voy a ocultar lo más mínimo, porque además no tengo por qué hacerlo, mi amistad y mi cariño por Rocio. Y desde esa amistad y ese cariño, saldrán las palabras de esta presentación. En breve, será ROCIO MALDONADO VÁZQUEZ quien, en nombre de todos nosotros, los que estamos unidos por el amor filial a la Virgen de la Inmaculada, eleve este año su oración, que será nuestra oración.
Rocio Maldonado fue alumna del Colegio en aquella promoción que inauguró su condición de mixto, fue de las primeras niñas del Colegio. Con la perspectiva de los años, no creo que fuera una revolución, aunque pudiera parecerlo, sobre todo para los que éramos entonces alumnos del colegio, pero sin duda fue un hito en la historia de este centro. Aquí estudió desde 1º EGB hasta COU. Posteriormente cursó Estudios universitarios de magisterio de educación especial en la Universidad Cardenal Spínola, CEU San Pablo. Casada con Moisés, es madre de dos hijos, Miguel y María Victoria.
Su relación con el Colegio no queda solo en su condición de antigua alumna, pues Rocio trabaja actualmente como profesora en el mismo. A lo que hay que añadir que su dos hijos, Miguel y María Victoria, son también alumnos de este centro.
Pero ahí no queda la cosa. Además, participa en el coro de la parroquia poniendo su voz, y vaya voz, a las celebraciones dominicales, a las comuniones, o a lo que haga falta.
Rocío es pasión en estado puro. Y no es un tópico bonito para una presentación. Rocío es torbellino, cuando no huracán, carácter, pero todo eso no es más que la envoltura, a veces hiperbólica, porque ella es así, de un corazón igual de exagerado. En lo que hace lo pone todo. La vas a encontrar seguro, de frente siempre, no es de dobleces, al revés. Por eso a veces te puede caer algún chaparrón, pero siempre, siempre sabes que al final sale el sol.
He tenido la suerte de vivir muchos momentos con Rocío. La vida nos juntó en torno a otra devoción, nuestra devoción por el Señor Atado a la Columna y su madre María Stma de la Victoria. Hemos compartido y compartimos responsabilidad en la Junta de Gobierno de la hermandad de Las Cigarreras, la hermandad de Los Remedios. Y allí, en la capilla de la antigua fábrica de tabacos hemos compartido muchas vivencias, cofrades y no cofrades, y algún que otro sueño hecho realidad.
Por eso, hoy quiero dar las gracias a la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San José por el enorme acierto de elegir entre sus muchos y muy destacados antiguos alumnos a ROCIO MALDONADO VÁZQUEZ para este encargo, pues en ella se reúnen las mejores condiciones para hablarle a la Virgen. No sólo es su condición de antigua alumna, de profesora del colegio, de madre de alumnos; no es solo eso, lo que ya la acreditaría sobradamente para ponerse delante de este altar. No, es más. Es su fe y su amor a la Virgen lo que la convierten en la persona mejor preparada para orar hoy a la Inmaculada. Estoy seguro que su oración de hoy será el rezo íntimo a la Inmaculada que es la VICTORIA de nuestra vida ante tantos y tantos AZOTES que estamos sufriendo.
Rocio, la Virgen de la Inmaculada te espera.